Por primera vez en tres décadas, Colombia fue retirada de la lista de países certificados por Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico. La medida, anunciada por la Casa Blanca, supone un retroceso simbólico en una relación que durante años fue considerada ejemplar en la región.
El Departamento de Estado justificó la decisión en el aumento sostenido de cultivos ilícitos y producción de cocaína. Según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Colombia concentra más de 250.000 hectáreas de coca, cifra que mantiene al país como primer productor mundial. Sin embargo, Washington reconoció los niveles récord de incautaciones realizados por las autoridades colombianas, lo que habría motivado la concesión de una exención que evita un recorte inmediato de la cooperación.
El presidente Gustavo Petro respondió criticando el enfoque estadounidense, asegurando que se trata de una medida política y no técnica. La canciller Rosa Yolanda Villavicencio también afirmó que el país “ha asumido un costo social altísimo” que no se ve reflejado en la decisión.
La descertificación abre dudas sobre el futuro de la cooperación bilateral. En 2024, Colombia recibió más de 400 millones de dólares en asistencia de Washington, destinados en su mayoría a programas de seguridad y desarrollo alternativo. Aunque no hay recorte inmediato, analistas prevén que podrían darse ajustes de entre el 30% y el 40% en los próximos meses.
El contexto político es clave: Trump y Petro han protagonizado desencuentros en múltiples frentes, y la descertificación podría ser interpretada como una herramienta de presión diplomática. La revisión de la medida se realizará en 2026, cuando ya esté en funciones un nuevo gobierno en Colombia.
Foto: EFE/Colprensa